El Presidente del Gobierno ha anunciado una reforma en la legislación electoral para elegir a los alcaldes de los municipios a ocho meses de las elecciones municipales. Así, con una reforma que no estaba en su programa electoral (que por problemas técnicos parece ser que no esta disponible en la web del PP) el Partido Popular pretende no obtener un retroceso demasiado severo gracias a esta medida, y aunque parece difícil que continúe gobernando en las 34 capitales de provincia que ahora administra, si Mariano Rajoy ha propuesto una medida así, es porque les va a asegurar un resultado electoral mejor que el que podrían obtener con la vigente ley electoral.
Así pues, ¿es nuevo que se modifique la legislación electoral para beneficiar al legislador que la modifica? Como ya sospecharán los lectores de elpolitologo.com la respuesta es negativa.
En 1812 se acuñó el término gerrymandering cuando el gobernador del Estado de Massachusetts Elbridge Gerry modificó las circunscripciones electorales para su propio beneficio. Pero la circunscripción es solo uno de los elementos del sistema electoral, así, una modificación completa de las reglas del juego pueden dar unos resultados totalmente distintos (sin dejar de ser todos estos «aparentemente» democráticos).
En España no hubo que preocuparse por las elecciones hasta la muerte de Franco, y fue un año después cuando Torcuato Fernández Miranda redactó la Ley para la Reforma Política. Esta Ley, que fue la última del franquismo se hizo para que Adolfo Suárez ganara las que iban a a ser las primeras elecciones libres que se iban a producir después de la dictadura, y permitieron que la UCD consiguiera el 47% de los escaños con el 34% de los votos, lo que dejó a Adolfo Suárez en una posición muy cómoda para gobernar.
La reforma electoral
Seria ingenuo pensar que cualquier partido va a promover una reforma electoral que no le beneficie, pero esta reforma electoral, tal como la ha anunciado el Presidente del Gobierno sería bastante problemática. Esto es así porque la propuesta que ha hecho Mariano Rajoy consiste en que en cada Ayuntamiento, el Alcalde sea el cabeza de lista de la lista más votada. Esto no es una elección directa de alcaldes, porque la elección directa de alcaldes consiste en una elección en la que únicamente se vota al alcalde, y no se vota a ninguna lista. Para este tipo de elección, debería de existir un procedimiento de segunda vuelta en el caso de que ninguno de los aspirantes a alcalde alcanzara el 50% de los votos más uno, en cuyo caso pasarían los dos aspirantes a alcalde que más votos hubieran sacado.
Sin embargo, la propuesta de Mariano Rajoy de que gobierne la lista más votada se enfrentaría con un gran problema, la moción de censura, así, a no ser que el Partido Popular elimine la moción de censura en los ayuntamientos, esta propuesta, sin ninguna modificación más, será un fracaso, porque aunque es cierto que la moción de censura debe de ser constructiva y proponer a un candidato (lo cual complica la moción de censura, porque obliga a los partidos de la oposición a ponerse de acuerdo), si los partidos de la oposición se organizan, no permitirán que ningún partido que haya obtenido una cantidad sensiblemente menor al 50% de los votos consiga gobernar el Ayuntamiento, con lo cual, los ciudadanos lo único que verían en estas acciones será un alejamiento aún mayor de la política, en la cual, en el primer pleno del Ayuntamiento se elige a un Alcalde, y en el segundo, hay una moción de censura y se elige a otro.
Es normal que el PP haya hecho esta propuesta, pues ante la fragmentación de la izquierda entre PSOE, IU y Podemos, el PP, podría ser partido más votado en multitud de municipios en los que si no fuera por esta medida novedosa, el PP o no tendría opciones para gobernar, o estas serían muy escasas.
Pero hacer política no es hacer matemáticas, en política hay multitud de factores que tener en cuenta, y en política no se puede gobernar de espaldas al poder, por tanto, si vivimos en una democracia y el poder esta en la ciudadanía, este tipo de propuestas que permitirían que en una circunscripción con un voto fragmentado en la que el partido más votado obtuviera un 25% de los votos y que eso le valiera para gobernar, obtendrán seguro un rechazo por parte de la ciudadanía. Así, esta propuesta puede ser un boomerang para el PP, porque aunque en un principio pueda alejar del partido la derrota electoral, después la acercará por los problemas que va a acarrear tal como esta planteada la propuesta del Presidente del Gobierno.
A no ser que en el futuro la planteen de otra manera, o a no ser que en el futuro no la planteen.