El Tribunal de Cuentas de la UE tiene su sede en la ciudad de Luxemburgo y es el órgano de la Unión Europea que se encarga de la fiscalización y el control de cuentas de la Unión.
Así, aunque no puede juzgar porque no tiene competencias legales, el Tribunal de Cuentas de la UE se dedica a auditar la actuación de cualquier persona u organización que maneje fondos de la Unión Europea, y en el caso de que detecte fraudes o irregularidades, sus auditores informan a la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF)