El Método d’Hondt y las Elecciones Europeas

Victor D’Hondt

A estas alturas, todos conocemos los resultados de las elecciones europeas, pero en España, la resacas postelectorales suelen dejar encima de la mesa el nombre de un belga que era profesor de derecho en la Universidad de Gante. Hoy le vamos a prestar atención al método d’Hondt y lo que ha supuesto en estas elecciones europeas.

Las Elecciones Europeas

Las elecciones europeas tienen dos particularidades frente al resto de elecciones, la primera es que la circunscripción es única en toda España, y esto convierte a las elecciones europeas en las únicas elecciones que se celebran en el Estado en las que los votos de los españoles valen a priori, exactamente lo mismo, ya que no existe la distorsión que provocan las 52 circunscripciones en las elecciones generales. Y la segunda es que no existe barrera electoral, que en España esta situada en un 3% para las elecciones al Congreso y en un 5% para las elecciones municipales. La barrera electoral significa que los partidos que no obtengan en la circunscripción que se presentan ese porcentaje mínimo sobre el voto válido (que son todos los votos emitidos exceptuando los votos nulos), no pueden obtener representación, por tanto, al eliminar la barrera electoral, los partidos pequeños no parten de la situación desventajosa desde la que parten en el resto de elecciones que se producen en España.

La conversión de votos en escaños. El método d’Hondt

En la siguiente tabla vamos a ver cómo se han convertido los votos de los españoles en los escaños que ha obtenido cada partido, lo cual se hace en España para todas las elecciones a través del  famoso método d’Hondt.

El método d’Hondt consiste en ir dividiendo el total de votos por 1, 2, 3… y una vez divido se obtienen los cocientes más grandes, en este caso podemos ver como los cocientes más grandes están sobre fondo azul. Cada cociente sobre fondo azul representa un escaño para el partido.

Una de las cosas que vemos, es que el último escaño que se adjudicó fue el de Ciudadanos con un cociente de 247.557, y el primero que se quedó sin adjudicar fue el de Vox con 244.929. Así, si Vox hubiera conseguido 2629 votos más hubiera tenido un eurodiputado, dado que su cociente al dividir por uno, hubiera sido mayor que el que le correspondería al segundo escaño de Ciudadanos. Esto nos muestra que «un escaño son un puñado de votos», porque las distancias entre los cocientes se van reduciendo conforme se van repartiendo escaños a los diferentes partidos, por lo que muchas veces 50, 100, o 2629 votos como en este caso, pueden marcar la diferencia entre obtener representación parlamentaria y no obtenerla.

Y en el caso de un partido recién creado, la diferencia entre obtener representación y no, es notable, así, en el caso de Vox, la diferencia es de 297.031€ (Que son la suma de 32.508€ por obtener un diputado, más 264.523€ por obtener los votos que obtuvieron) además de una subvención de los gastos electorales equivalente a 0,02€ por elector. Además del valor simbólico y mediático que proporciona tener representación parlamentaria y del valor en términos de poder que conlleva.

La diferencia entre todo eso, no es más que un puñado de votos.

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